domingo, 21 de enero de 2018

El decadentismo ilustrado en el continente: la holandesa Johanna Daemen.


Una tercera parte, quizá no la última, sobre el decadentismo-esteticismo.

Aunque no acostumbro a escribir más de una entrada sobre el mismo tema que vayan seguidas, en este caso he preferido que no sea así -no ha sido la primera vez, de todas formas-, básicamente, porque me apetecía hablar de ello sin esperar más. Bien, tras hablar de Beardsley y de Austen, en esta ocasión le toca a una mujer que, además, no era británica, sino holandesa -o neerlandesa, que quizá sea una denominación más correcta-: Johanna Daemen, parte del llamado "decadentismo holandés", que también tuvo su propia identidad, aunque no llegara a ser tan famoso como su hermano del otro lado del Mar del Norte, el esteticismo británico. No son pocos los que, conociendo su obra, creen que sería mucho más famosa hoy en día en el caso de haber sido norteamericana o británica. Y es muy posible que tengan razón. Fue una artista con una obra relativamente pequeña, razón por la que, por mucho que se busque, se acostumbra a encontrar casi siempre las mismas ilustraciones -además, parece que realizó pequeños trabajos que, lamentablemente, deben haberse perdido-. Su obra, que parece estar entre el decadentismo -sin duda, debió recibir alguna influencia de autores británicos; algo, por lo demás, muy habitual en los artistas holandeses del siglo XIX y principios del XX- y el modernismo -que a partir del cambio de siglo, parecía estar en todas partes-, sigue siendo casi desconocida fuera de su país, a pesar de su belleza, profundidad y detallismo.
Johanna Maria Hendrika Daemen -también conocida como Jo Daemen-, nació en 1891 en la ciudad de Haarlem, que en su momento daría su primer nombre a Manhattan, donde todavía lo lleva el barrio de Harlem -se pronuncia más o menos igual, porque en holandés, las vocales dobladas no se alargan tanto, que yo sepa, como en una lengua latina-. Al nacer en una familia más o menos de clase media, y ser hija de un maestro, tuvo la oportunidad y el apoyo de estudiar más allá de los estudios primarios, y en 1907 comenzó sus estudios artísticos en la Escuela de Artes Aplicadas de Haarlem. Daemen empezó a destacar en una época en la que ya no se hablaba de dibujantes -aunque ella lo era-, sino de ilustradores. Ella se dedicó a la ilustración de libros -portadas, sobrecubiertas, ilustraciones interiores-, aunque como otros que se dedicaban al mismo trabajo, también trabajó en el diseño de carteles publicitarios o de otro tipo. Muchos trabajos, tanto de los decadentistas, como sobretodo de los modernistas -más o menos contemporáneos, aunque el modernismo duró más tiempo- son, realmente, cartelería, trabajos para publicidad, y no sólo para obras de teatro, ópera, conciertos o magia, sino para cualquier producto, en tiempos como aquellos, de rápida industrialización, y continuos avances en ciencia y, sobretodo, tecnología.

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Parte de las ilustraciones de su obra más conocida: "La llama sagrada: el cuento de hadas de Stefan Pártos" (1927), escrita, además de ilustrada, por ella misma, en recuerdo y tributo a un violinista húngaro fallecido a edad temprana. (La información y las imágenes las conseguí en la página de facebook "The Quiet Steeps of Dreamland").

También, y no de forma secundaria o accesoria, como si fuera más un complemento a su actividad principal que otra cosa, sino de forma seria y exitosa, se dedicó a la poesía, y al arte de diseñar y fabricar vidrieras. Aunque resultaba más conocido el trabajo en la "resurección" del arte vitral realizado por los prerrafaelitas o contemporáneos y compatriotas suyos, éste siguió gracias, sobretodo, al hecho de que el modernismo era un "arte total", y a que, en la arquitectura, este estilo artístico también incluía, como parte del movimiento, el diseño de vidrieras, mobiliario, lámparas, trabajo de enrejado, cerámica, y prácticamente, cualquier cosa. Pero las vidrieras y la poesía no fueron los únicos palos que tocó Johanna. También hizo ilustraciones para partituras, y proporcionó dibujos e historias cortas para la revista "La mujer y su casa", y "De Telegraaf". Además, fue compositora, al escribir textos para la cantante y pianista Jacoba Craamer. Más adelante, Craamer interpretaría una de las composiciones de Daemen en la exposición "La mujer: 1813-1913", que formaba parte de la conmemoración del centenario de la liberación del Reino de los Paises Bajos de la dominación napoleónica y la marcha de los franceses -reino que, además de Holanda, o Paises Bajos, también incluía, hasta su independencia en 1830, a la actual Bélgica, además de a Luxemburgo-.

Resultado de imagen de johanna daemen

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También realizó trabajos más "alimenticios", como las portadas de estos libros de jardinería, a la que los holandeses han sido siempre tan aficionados.

Desde 1917, Daemen trabajó durante un tiempo en el taller del artista del vidrio de Haarlem Willem Bogtman. En 1919 se unió al VANK, una asociación de la que formaban parte gran número de artistas, tanto artesanos como del mundo industrial, además de arquitectos. Antes de su fundación, éstos formaban parte de asociaciones o grupos profesionales donde los pintores eran mayoritarios, pero finalmente, decidieron crear su propia organización, en la que también entraron algunos arquitectos -los artesanos también formaban parte de sus propias asociaciones-. 
Murió en el pequeño pueblo de De Bilt, en la provincia de Utrech, en 1944, cuando su país todavía no se había liberado de una ocupación mucho peor que la de las tropas de Napoleón: la de la Alemania Nazi.

Como se ha visto, no hay muchas imágenes, pero es que el trabajo de Daemen, como ya se ha dicho, no fue muy extenso, y no es que se conserve demasiado. Que se sepa, al menos.



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