sábado, 27 de junio de 2015

Los prerrafaelitas (XXI). Edward Robert Hughes, sobrino de artista, y puente entre el parerrafaelismo y el simbolismo.

Sobrino del también pintor Arthur Hughes, representa la generación posterior a los primeros prerrafaelitas, que buscaría nuevas formas de expresión, sin olvidar las antiguas.


Ejemplo de la generación posterior a la Hermandad.

Edward Robert Hughes (1851-1914) podría ser considerado uno de los últimos prerrafaelitas, y al tiempo, un ejemplo de un estilo en cierto modo heredero de éstos, y en ocasiones un tanto difícil de diferenciar, y que es normalmente conocido como simbolismo -en el mundo francófono, pero también en el germánico y eslavo-, que en Italia se conoció como decadentismo, y en Gran Bretaña, como esteticismo -o "el arte por el arte", lo que, realmente, le diferencia de, por ejemplo, el simbolismo eslavo, que sí intenta, sobretodo en la pintura, ser más profundo y, en ocasiones, tan confuso como fascinante-. En España se usaron tanto el término simbolismo, como el de decadentismo -o "La decadencia", sin más, algo también usado en Francia-, si bien una expresión u otra venían más a cuenta por el carácter, gustos o técnicas de tal o cual artista en particular, que por todos ellos en su conjunto. Por lo que he podido ir leyendo, la expresión decadentismo o decadencia se usó bastante, más que en pintura o dibujo e ilustración, en literatura. Emilio Carrere, del que escribí hace ya tiempo -me parece media vida... ¿tanto llevo, con esto?-, en sus primeros tiempos, cuando se dedicó a la poesía y al relato gótico no humorístico, se le consideró parte de "la decadencia de Madrid" -no se referían, evidentemente, a la ciudad en sí, si no a cierto número de narradores, poetas y periodistas que se ganaban la vida lo mejor que podían-, aunque más adelante, él mismo no dudó en reírse -y hasta cierto punto, desvincularse- de aquella etiqueta.
Bien, este artista-puente, que se le puede considerar tan prerrafaelita como "esteticista", por ser británico al cien por cien -y por tanto, seguidor de lo que podría llamarse "rama británica del simbolismo"- era sobrino del también pintor, y éste prerrafaelita al completo, Arthur Hughes, además de haber sido ayudante y aprendiz de uno de los más ilustres miembros de dicha corriente: William Holman Hunt -ya anciano-, uno de los tres creadores iniciales de la Hermandad, al que ayudó a acabar dos de sus cuadros más famosos: "La luz del mundo", y "La dama de Shalott". También fue admirador de Edward Burne-Jones, de quién recibió no poca influencia artística. Respecto a si formó parte de la famosa Art Academy, como casi todos los pintores de la generación de su tío, él prefirió formar parte de la Royal Watercolor Society -"watercolor" significa "acuarela", pues era su tipo de pintura preferido, y que estaba más en voga en su juventud-, en la que expuso de forma regular. Para ser aceptado como miembro de pleno derecho, pintó en 1891 una obra inspirada en el poema "Amor Mundi", de Christina Rossetti, hermana del pintor creador de la Hermandad. Diez años después, sería elegido vicepresidente, si bien nunca llegó a presidirla.

"¡Oh!, ¿Qué es eso, en el agujero?" (1891, si bien en algún lugar la datan en 1895) -no deja de ser una traducción aproximada-. Basado en el poema de Christina Rossetti, "Amor mundi", sobre dos amantes que, paseando por el bosque, encuentran un cadáver en un agujero.

"Noche de San Juan" (1908) -"Midsummer Eve", en inglés-, es quizá uno de sus cuadros más conocidos. Aquí no hay seres mitológicos, tampoco escenas bíblicas. En realidad, la protagonista puede ser la chica, pero también una naturaleza -o unos seres que la habitan, invisibles  para los humanos, excepto algunos elegidos como  es ella- vista desde un punto de vista, más que pagano, panteísta, donde ve una deidad en la naturaleza misma, madre de la humanidad, pero también de otros seres, pensantes y desconocidos.

"La princesa fuera de la escuela", una supuesta princesa siendo lo que es: una joven con ganas de pasar un buen rato en el campo, olvidándose por un día de las clases.

"Corazón de la nieve". Probablemente, una obra tan simbolista como prerrafaelita -en realidad, ¿cómo diferenciar un estilo u otro, en no pocos cuadros?-, donde, técnica aparte, lo que uno se pregunta al mirar es ¿qué significa realmente el título?, ¿quién es esa joven, y qué es lo que hace allá donde está?

Era conocido por ser muy exigente consigo mismo, y perfeccionista en extremo, lo que le llevó a hacer todo tipo de estudios y pruebas antes de llevar a cabo cada uno de sus cuadros. Dicho deatllismo le hizo ganar, como no, seguidores, buenas críticas y clientes. No alcanzaría, quizá, la fama de los principales prerrafaelitas, pero sí fue, en sus tiempos, un pintor famoso y reconocido, que optó mucho por el uso de la acuarela, mientras que muchos de sus antecesores prefirieron la pintura al óleo. Realmente, la acuarela, en el último tercio del siglo XIX -plena época victoriana, que fue un periodo de tiempo realmente largo- estaba muy de moda, y se vendía bien -me viene a la mente la entrada sobre el pintor reusense Josep Tapiró, que también logró empezar a ganarse bien la vida con la pintura, precisamente, porque gran parte de su obra eran acuarelas, y por aquella época, a partir de 1870, tenían mucha salida, sobretodo en Gran Bretaña, mercado que conocía bien-.
Su obra está muy repartida, en museos de toda Gran Bretaña, y se le considera, probablemente, como "el último prerrafaelita". En realidad, una exposición dedicada a él, en 2015, en el Birmingham Museum & Art Gallery, de dicha ciudad británica, se llamaba "El crepúsculo prerrafaelita: El arte de Edward R. Hughes"

"La vigilia de la walkiria", o la visión que tenía Hughes de dichos personajes de la mitología nórdica. Quizá para él, menos terribles de lo que podría desprenderse de relatos normandos más antiguos.

"El diezmo en especie", sería, hasta cierto punto, una visión idealizada de una Edad Media donde los campesinos tenían que trabajar en parte para la pura subsistencia, y en parte para saciar la necesidad -o simple deseo inagotable- de recursos por parte del estado medieval -rey, nobleza, clero...-.

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